¿"EL CRECIMIENTO SE NOS AVECINA"?

SÓLO SABEN LOS POLÍTICOS

Como siempre, los sacerdotes y políticos son muy buenos hablando, y creando escenarios maravillosos, pasmosos y sorprendentes. Los sacerdotes conocen (sólo ellos) la existencia del “más allá”, de la “tierra prometida” y del paraíso que nos espera; Y los políticos- muy a su manera- son creadores, autores y conocedores de la existencia de un pueblo o de un Estado con un desarrollo incomparable, con un progreso paradigmático y con un conocimiento de futuro envidiable.

Tal vez éste último explique el contenido del discurso político, donde se vierte un rosario inagotable de éxitos, y se echen las exóticas flores con fragancias artificiosas de éxito y de triunfo. ¿Han escuchado alguna vez un discurso político sin autobombo y sin halago a su propia gestion?

De seguro, debe haber un secreto desconocido o inaccesible para mayoría de nosotros, y claro, las razones tampoco conocemos. Mientras tanto, sólo nos queda observar y (si alguno puede) celebrar con ellos; caso contrario, pueda que estemos actuando como el perro del hortelano. La lógica imponente parece ser, seguir lo que siguen, mantener lo que mantienen y promover lo que mantienen. Esto es, su “política” mesiánica y por primera vez implementada.

Con esa lógica infalible, ayer, en su último discurso frente a más 14 ministros de economía, donde describía un mundo mágico, encantador y ejemplar llamado Perú, nuestro “exitoso” presidente, nos reveló el conocimiento muy particular de los políticos, el secreto que nos llevará a ser a la región prospera y encantadora, y la estrategia única para acceder al mundo “moderno”.
¿Cuál es tal conocimiento, secreto y su estrategia infalible? “Aprovechar la crisis de los demás (de Grecia y posiblemente de Unión Europea) para organizar (nuestras) economías y prepararse para el crecimiento que se avecina”.

Por favor, no crean que es un chiste maquiavélico, porque no lo es; tampoco es una cita sacada de sus valiosísimos concejos de "El Príncipe", aunque tiene un aparente parecido. Creo, no debemos intentar saber. Lo mucho que podemos hacer es preguntarnos, ¿cómo sabe que se nos avecina el tan anhelado, ansiado, suspirado y soñado Sr. Crecimiento?

G. Ordóñez A.