EL SAPITO DE AREQUIPA

LA LIBERTAD DE EXPRESÍON

Expresar libremente una opinión, un punto de vista o un juicio valorativo sobre cualquier hecho que merezca (o no) es a lo que se denomina “Libertad de Expresión”, y es lo que hay que defender. Lamentablemente, en nuestra “maravillosa democracia”, nuestras sagradas instituciones y caprichosamente altruistas empresas, son las que no defienden, sino, contrariamente, promueven su violación, su limitación, su restricción y su eliminación en la práctica.

La libertad de expresión, tal como reconoce la Declaración Universal de los DD HH (Art. 19), se refiere antes que nada al individuo, a la persona humana concreta, mas no a la institución o a la empresa. En nuestros términos, la libertad de expresión (antes que a la radio, TV o diario) corresponde al periodista. Las empresas radiales o televisoras son (y deberían ser) medios para ampliar tal derecho.

En nuestro querido Perú la cosa está invertida: las empresas (siendo un medio) se apropian de tal derecho, y a los periodistas simplemente les queda (muchas veces por necesidad) aceptar su desnudes y, para aparentar, el maquillaje de la línea editorial.

Por ello, en nuestra querida patria, especialmente en los medios llamados lideres opinión, no hay la tan mentada libertad de expresión. La libertad de expresión y opinión solo tienen los grupos de poder económico, los que pueden pagar para hacer valer e imponer sus opiniones. En suma, como bien sostiene G. Giacosa: “Los dueños del dinero son los dueños de la opinión pública (…) Los periodistas servimos al pensamiento del patrón y nos guardamos nuestras opiniones para compartirlas en el círculo familiar.” (Peru21, En sociedad, “Frecuencia Latina: gracias por la transparencia”)

Todo lo sostenido hasta aquí, se muestra tan diáfanamente, en el despido arbitrario que ha sufrido el periodista Beto Ortiz por parte del Canal 2, más conocido como canal de Ivcher. Este hecho en el fondo es muy grave, porque es un atropello directo a un derecho fundamental, por tanto, un delito. Pero casi nadie los dio importancia, menos el supuesto “francotirador” y “valiente” candidato de las causas perdidazas, jaimito. El único que se dio la molestia y expresó su indignación, en dos oportunidades, fue Guillermo Giacosa; el único que también vale la pena ser leído en Peru21.

Los Ivcherianos sostienen en su comunicado público: “Durante últimas semanas el estilo de trabajo (de Ortiz) y sus… diferencias con la línea editorial del canal han precipitado su separación. El canal lamenta…, pero es la única manera de proteger nuestra línea editorial… y a nuestros anunciantes”

Mas claro no pueden ser: esta prohibido pensar diferente y expresarlo; como también esta prohibido manejar su propio estilo.
Encima de la libertad de expresión y la verdad está la línea editorial y los intereses de los anunciantes. En eso consiste la libertad expresión en el Perú. A eso se le llama neutralidad y objetividad de un medio.

G. A. Ordóñez A.