CHILENO NOS ORDENA FIRMAR EL TLC

APRA ARRODILLA Y SUBORDINA AL PERU A CHILE

Las lamentables declaraciones del canciller chileno A. Foxley (04-03-09) refiriéndose a los peruanos que se oponen al TLC con Chile como personas anacrónicas, como personas que viven en el pasado, en el siglo XIX ; y por otra parte, el silencio, el enmudecimiento del gobierno aprista y la justificación del canciller peruano a las declaraciones del chileno como algo que no debe tomarse en cuenta, ya no nos sorprende. Simplemente nos confirma y reconfirma que el gobierno aprista se arrastra y se arrodilla a los intereses chilenos.

Cualquiera que tenga un mínimo sentido común y patriotismo, por encima de diferencias que haya, lo que haría es solidarizarse con los congresistas que se expresaron y decidieron hacer una demanda de inconstitucionalidad, porque los congresistas: Primero, están procediendo de una manera democrática, es una alternativa democrática hacer la demanda de inconstitucionalidad. Segundo, es un deber constitucional, patriótico y moral de todo peruano, y más aun de un congresista, si el tratado viola la constitución y está en contra de los intereses del pueblo peruanos. Tercero, los congresistas no están en contra del TLC, sino en contra de la forma como se ha procedido en su concretación – aunque el arrastrado del canciller peruano diga que es un debate publico y, por tanto, es bueno que un extranjero, el chileno Foxley, esté dentro del debate. Esto no es más que una mentira y falsedad porque nunca se ha debatido públicamente y; además, es una muestra de que al gobierno se le acabó argumentos y, por tanto, necesitan ayuda de los chilenos-. Pues, lo que reclaman los congresistas es que el tratado pase por el congreso, por un debate congresal y por la aprobación del congreso porque consideran que el tratado modifica algunos artículos de la constitución y; además, en Chile se procedió así: pasó el tratado por el congreso y por su aprobación; sin embargo, aquí en el Perú ocurrió todo lo contrario, simplemente se necesitó la voluntad iluminada y la firma sagrada del caballo loco. Cuarto, es una cuestión interna y soberana, y no tiene porque estar metiendo pico, la cuchara, el rabo los chilenos, consecuentemente, se debe rechazar cualquier intento chileno de meterse en asuntos internos.

En conclusión, el canciller chileno lo que busca es que los peruanos nos olvidemos de los 37’900 Km2 que tienen en posesión, para que reconozcamos no como una invasión chilena, sino como de su propiedad legitima y legal, porque de facto y en presente ellos son dueños y, consecuentemente, los peruanos no tienen porque reclamar, porque según la lógica chilena (igual al de APRA y de Yehude), pensar y mirar en y al pasado es sinónimo de ser un anacrónico, como deben ser los historiadores ¡pobrecitos! Y ¡VIVA LA AMNESIA PERUANA!

G. Ordoñez A.