LOS CRIMINALES DE LA NOTICIA

TODO POR LA "DEMOCRACIA"

Los que exigen, reclaman y chillan supuestamente en defensa de la sacrosanta “democracia”, los que se irrogan y arrogan que practican la tolerancia del “aguante” a pesar de todo, los que dicen ser genéticamente pluralistas, los que se venden y revenden con el cuento de que son absolutamente “objetivos”, no son más que productores, fabricantes, constructores e inventores de pura m...rda y porquería que nos pretenden hacer tragar todos los días como noticias.

La prensa nacional, esa prensa que al fiel estilo de la década más perniciosa de la historia, donde producir todo tipo de porquerías como “noticias de importancia” -que prostituía a los periodistas y que lumpenizaba de la peor manera la información, el oficio del periodismo y, con ello, la noticia y la verdad- era defender la “democracia”, y como premio los dueños milagrosamente se hacían, en un dos por tres, en “millonarios demócratas”.

Hoy, esa prensa tiene una noticia, todos sus ojos miopes, sus cerebros revueltos y sus bocas que solo escupen nada más que venenos, están concentrados en esa única noticia: en el “monstruo” que quiere hacer del Perú en un país un poco mas justo; en el “cleptómano” y egoísta que quiere dar una migaja de docientos soles a esa gente subhumana que en toda su bendita vida nunca pudo encontrar un trabajo formal y, por tanto, nunca pudo aportar para su pensión; en ese terrorista económico que pretende ahuyentar, espantar y hacer correr rabo entre piernas a los genéticamente altruistas y misericordiosamente piadosos con el país: a los cobardes “inversionistas”, a los que convirtieron a la mayoría de congresistas y ministros de Estado en sus fieles y disciplinados lobistas, en sus siervos y en sus incondicionales subalternos. En suma, la noticia es ese abominable y depravado Ollanata Humala Taso y su execrable y marrano equipo de trabajo que amenazan llegar al gobierno.

El objetivo y la meta de esa prensa es embarrar al candidato con sus porquerías, es asfixias con sus venenosas miasmas que emergen de sus bocas y tintas. Y, al final, después de una placentera lucha abierta a favor de la sagrada “democracia” y del ejercicio ejemplar y paradigmático de la “libertad de expresión” e “imparcialidad”, haran una lápida, enterraran en ella al medio muerto candidato Humala y el sueño vivo de un Perú más justo y, finalmente, colocaran en ella un letrero de “QEPD, hasta las próximas elecciones 'democráticas' y 'justas'”.

Con todo ello habrán terminado su trabajo y, claro, se alegrarán y celebrarán los asesinos sanguinarios de la PRENSA y de la NOTICIA. Todo vale para defender la "inmaculada democracia".

G. Ordoñez A.