EL ORGULLO DE SER APOLÍTICO

OPINIÓN

Es constante escuchar o leer a los estudiantes agustinos el rechazo y el odio que tienen a la política. Al parecer, se sentirían mejor si ningún estudiante fuera político, porque según su razón y lógica, los estudiantes están para estudiar, mas no para hacer política.

Creo, la posición anterior es producto, no del conocimiento y la racionalidad, sino de un conocimiento superficial de la política en general, y de la política universitaria en especial.

Antes de odiar o expresar una aversión a la política, los estudiantes (creo) deben responderse siguientes cuestiones básicas:

1) ¿Las normas (la Ley Universitaria 23733, el Estatuto o el Reglamento) prohíben al estudiante hacer la política dentro o fuera de la universidad? Por su puesto que no. Al contrario, las normas garantizan y exigen la participación directa de los estudiantes en la política. Además, hay un principio democrático en el gobierno de la universidad, el principio de cogobierno, que exige y demanda la participación directa de los estudiantes en la administración y en la dirección de la universidad. Por otro lado, la Ley 28869, “Ley del Concejal Joven”, obliga a los partidos o movimientos políticos a inscribir, en sus listas, el 20% de jóvenes menores de 29 años en las elecciones municipales.

2) ¿Sería mejor la universidad si no hubiera el cogobierno? Para los que rechazan a que los estudiantes hagan política, seria mejor. Pero sería una afrenta para los que lucharon para conquistar el cogobierno. Se debe tener presente que el cogobierno no es un regalo del sistema ni de nada, sino, fue una conquista que costó sangre y vidas de los universitarios. De acuerdo, hay estudiantes que hacen política (más politiquería que la política),personas que no reúnen calidad intelectual y moral, y a la hora de ejercer la representatividad, se olvidan (al parecer, deliberadamente) de los estudiantes; y sólo se acuerdan de sus propios intereses personales: de cómo asegurar su futuro, no importa como porteros o lustra botas del rector. Pero este hecho, creo, no nos debe llevar a rechazar la política, sino hacernos ver que el cogobierno esta en crisis. ¿Quiénes han permitido? Creo, los mismos estudiantes; tal vez, en mayor medida, la indeferencia y la apatía de la mayoría de los agustinos.

3) ¿En la UNSA, hay algún cargo administrativo, o académico, que se elija apolíticamente? Pues casi ninguno. El director, el Jefe de Departamento, el Decano, los consejeros estudiantiles (tercio), los vicerrectores y el rector son producto de la elección política, por nuestra indeferencia e ignorancia: producto de la politiqueria.

Hay una frase de Bertolt Brecht que, en mi opinión, describe y caracteriza muy bien la ignorancia y el odio a la política. Dice él lo siguiente:

“El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas.

El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política.

No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales”

G. Ordoñez A.